Don Quijote vino ayer a visitarnos, por fin, le hemos conocido


Mi abuelo, un guipuzcoano muy serio que tuvo que irse a Madrid a trabajar con apenas doce años, no fue un hombre de gran instrucción. Fue aprendiz, mozo, luego comercial y mucho después, dueño de sus propios negocios, sin embargo, yo le recuerdo de niña leyendo la voluminosa obra de Cervantes. Yo le observaba como hacen los niños con sus mayores, entre juegos, como quien no presta atención, alarmada por su risa contenida, ese tipo de risa hacia dentro, sin carcajada, que provoca congestión y lágrimas abundantes y que más parece llanto que diversión. Viéndole así tan concentrado, recuerdo haberle preguntado lo que le pasaba y entonces me leía párrafos del Quijote, que apenas podía terminar porque el ataque volvía a revertirlo hacia dentro y mi abuelo desaparecía en aquel paisaje de molinos de viento y de princesas taberneras que tanto le deleitaban. Así es quizá como desde muy pequeña empecé a sentir curiosidad por el personaje y por la obra.

Pues bien, ayer en el teatro Barakaldo se produjo el milagro, la niña mayor que soy ahora pudo conocer en persona a don Alonso de Quijano, un personaje reencarnado gloriosamente en Iñigo Echevarria, en figura, porte y locura imaginada, un modelo de hidalgo idealista hecho de pura fibra de comediante hasta el último tendón. Al estar en primera fila tuve la oportunidad incluso de recibir de sus manos una bellota que él repartió paseando entre nosotros su romántica figura de caballero del siglo XXI, poco triste por cierto.





Para quien todavía no los conozca, Ron Lalá son seis artistas (cinco sobre el escenario y su director en la penumbra):

 Juan Cañas (interpreta a Cervantes y otros personajes y ejerce la administración de la compañía), Miguel Magdalena (encarna siete personajes y es el director musical), Iñigo Echevarria (resucita a don Quijote y ejerce la gerencia de la compañía), Daniel Rovalher (es Sancho Panza y el que ostenta la logística de Ron Lalá), Álvaro Tato (interpreta ocho personajes y es director literario) y su director, Yayo Cáceres. Ellos se anuncian como humor música, teatro, pero son mucho más que eso. Empezaron en el año 1996, pero yo los conocí con Siglo de Oro, siglo de ahora (Folía) y comprobé de primera mano que es posible acaparar con éxito las distintas facetas del arte escénico en un equipo tan reducido. Ellos hacen el guión, ellos componen su música, ellos tocan, ellos cantan, ellos actúan y todo esto lo hacen francamente bien. Por esto les dieron a su anterior obra “Folía” el PREMIO MAX 2013  a la mejor empresa/producción privada de artes escénicas, fueron finalistas en el Premio Max Mejor Espectáculo de Teatro Musical y en el Premio Valle-Inclán 2013 y recibieron el Premio del Público Festival Olmedo Clásico 2013, el del Público Festival Internacional Outono de Teatro FIOT Carballo 2013.

Con un lugar del Quijote han sido de momento espectáculo finalista Premio Max Mejor Musical 2014, pero estoy segura de que recibirán muchos premios más porque son divertidísimos, porque hacen un espectáculo muy original, rebosante de ingenio y acción, con momentos muy emotivos, porque nunca había visto montar tan bien asno y caballo sin animal  debajo del trasero y, sobre todo, porque después de llevar treinta años viendo teatro regularmente, viendo teatro mediocre, teatro bueno y últimamente teatro muy bueno, en pocas ocasiones he visto a una compañía poner en pie a platea y anfiteatro, a un público volcado en el aplauso.  Ron Lalá lo consigue. Bravo.
                                                                                           Ascension Badiola
                                                                                         (novelista y aficionada al teatro).


Vídeo Presentación de en Un lugar del Quijote

Programación del Teatro Barakaldo  (El teatro Barakaldo Antzokia forma parte de los espacios escénicos adheridos a PLATEA, un nuevo programa estatal de circulación de espectáculos de artes escénicas en espacio de las entidades locales, cuya finalidad es, entre otras, la de garantizar a los ciudadanos el acceso a la cultura. (La entrada de amigos del teatro cuesta 11,25 euros, poco más que una entrada de cine).