Una vez más Juanita Mir reaparece en escena como un duendecillo que no quiere regresar a su estela de olvido.
Juanita Mir tenía mucho que decir y lo hizo en sus artículos del periódico La Tarde, en la columna que ella misma tituló La mujer escribe, en un tiempo en el que no había mujeres redactoras en Bilbao y solamente alguna en otras capitales de provincia.
La reencontré en una tumba sin nombre, casi igual de olvidada que ella.
Recorrí sus dominios periodísticos, los pasos desde su domicilio en la calle Euskalduna hasta la rotativa del periódico La Tarde de la calle Correo en el que escribió en 1937 los artículos por los que la fusilaron. También, el camino que la condujo hasta la cárcel de Larrinaga y el paredón del cementerio de Derio y su historia se apoderó tanto de mi que le escribí una novela que titulé La decisión de Juana Mir, un texto que debía tener como máximo 120 páginas para presentarlo al premio Ramiro Pinilla. Y su magnetismo fue tal que me dieron el premio en 2020, seguramente porque el tribunal se emocionó con su historia. Juana sobrevivió a la pandemia, a pesar de las dificultades que tuvo la novela.
Lo que nunca conseguí fue ponerle rostro y esto el editor de Txertoa supo reflejarlo muy bien en la portada de la novela que decidió publicar tras ser premiada.
Pensé erróneamente que quizá alguien de la familia se pondría en contacto conmigo y hasta hice algunas pesquisas telefónicas por mi cuenta, sin ningún resultado, y todo esto fue tejiendo una niebla de leyenda sobre una mujer que murió por hacer bien su trabajo, escribir y contar lo que estaba sucediendo. Su valentía la condujo a una fosa común y de allí fue rescatado su cuerpo por su hermana Jenara para llevarla a la sepultura familiar. (La de la foto anterior donde hoy también reposa Jenara Mir, ambas hijas del director del primer Correo Vasco, Octavio Mir).
Y como todas las figuras legendarias, Juanita fue tocando puertas y calando como una lluvia lenta y silenciosa. Así es como cautivó a Carlos Panera, director de Teatro Divergente que escribió un guión basado en mi novela y lo presentó en Bidebarrieta kulturgunea, una obra que empieza con unos estudiantes que se equivocan al entrar en la biblioteca.
Hoy Juana nos vuelve a sorprender cuando el artista e ilustrador Carlos o Char-lee Mito, como se le conoce, se ha puesto en contacto conmigo para invitarme el próximo 9 de junio a la exposición colectiva que se inaugurara en el Dock de Abandoibarra en Bilbao. Ha publicado en Instagram:
Juana Mir revive. Me dice que él también quedó subyugado por la mujer sin rostro, cuyas palabras quedaron atrapadas en tinta y papel.
La exposición Bwall Collective en la que ocho artistas bilbainos darán a conocer su obra, recogerá también el espíritu de Juana en varios diseños gráficos de Char-lee, quien la ha mostrado basándose en su inspiración, puesto que seguimos sin tener una sola imagen de ella.
Char-lee Mito la ve así
A estas alturas, pienso yo, quizá sea mejor desconocer sus datos biométricos, el color de su pelo o de sus ojos, si era alta o baja, fea o guapa, gorda o delgada. Quizá la prefiramos así, etérea, intangible, heroína, musa legendaria y personaje literario. El punto de vista del ilustrador ha sido correcto porque Juanita dice en uno de sus artículos que las mujeres siempre deben vestir de modo femenino con falda y tacones. Eran otros tiempos.
Juanita sigue golpeando puertas con su mano silenciosa para pedir un rinconcito en el callejero bilbaino. Es su forma de decir..."Hacedme caso. Yo sigo aquí".
De Charlee. Mito dice el cartel de la exposición:
Arte en vena. Unas veces lleva bigote y otras no. También es el Sr. Ah!, Mito, Carlos… tiene un nombre para cada faceta artística y siempre sube a rematar en los córners. Como si el Corto Maltés hubiera atracado en Zorrozaurre. Sin gorro de marino ni necesidad de viajar mucho más allá de Galicia, porque el mundo es como él lo dibuje.
PELIGROSA SOCIALMENTE
Mito, en esta esta exposición nos presenta a Juanita Mir, periodista fusilada en Bilbao en 1937 por hacer su trabajo y decir la verdad tras los bombardeos de Durango y Gernika. Mir tenía la columna “La mujer escribe” en el periódico “La tarde”. Tras la caída de Bilbao por los sublevados es considerada “peligrosa socialmente” por su artículo “Si Durango y Gernika no hablaran tan claramente”.
Arrestada y juzgada, el 5 de agosto de 1937 fue asesinada en Derio junto a 14 hombres. A día se hoy, Juanita Mir está propuesta para ser una calle de la Noble Villa de Bilbao. El gran atractivo para el ilustrador ha sido retratar y homenajear a una heroína de la que curiosamente no se conoce ninguna fotografía.
Por cierto, de esos 14 hombres que entraron en el pelotón de ejecución junto a Juana, uno de ellos fue Melchor Jaureguizar, también redactor en La Tarde y en el periódico Euzkadi, bajo el seudónimo de Gogor. La única foto que tengo de él me la proporcionaron en la Fundación Sabino Arana.
Así es como sucedió.
Chromatic Wax