Hace muchos años vi un cuadro que me impresionó. Se trata de "La apoteosis de la guerra" de Vasily Vereshchagin, visto en una exposición itinerante, procedente de la galería Tretiakov de Moscú, un pueblo, el ruso, que sabe muchísimo de sufrimiento.
No sé si lo que me conmocionó fue la imagen como tal o el cartel explicativo que rezaba:
"A los dictadores del pasado, del presente y del futuro".
Hoy estamos en el futuro de quién pintó aquel cuadro sin que nos hayamos librado del diccionario que sigue mostrando sinónimos de dictador, autócrata, sátrapa, déspota, tirano... como si la pintura nos hubiese lanzado una gran maldición o un mal que no cesa, el de la humanidad atrapada por una sola persona cuyo ego ha crecido tanto que es capaz de fagocitar la existencia.
El mundo interconectado de hoy se ha unido contra el tirano de turno, pero frente a éste, sorprende un pueblo valiente y un gobernante soberbio, un cómico capaz de plantar cara al abuso y de declinar la ayuda extranjera, renunciando a la posibilidad de huir y de ponerse a salvo de los mercenarios enviados por el déspota expresamente para asesinarlo. Volodimir ha demostrado unos valores que muchos políticos no poseen, lealtad, sacrificio por su país, honradez, valentía...
Las leyendas siempre están tejidas con héroes capaces de quedarse y de mostrar al mundo que el mal puede ser enfrentado, de modo que, pase lo que pase, termine como termine, la leyenda se llama Volodímir Zelenski. Claro que formar parte de ella significará que ha ganado el invasor.
Todos los pueblos y todos los siglos han conocido opresores y oprimidos, pero hasta esa recurrencia conocida corre peligro hoy. Para todo hay un final, o mejor dicho lo habrá cuando el que oprime decida ser emperador de la nada.
Quizá el artista adivinó el futuro y no se refería a un pueblo sino a todo un continente, puede que a la humanidad.
Quiero creer que se equivocó y que quizá haya un futuro y otro artista que coloree
La apóteosis de la vida.
Para los héroes del pasado, del presente y del futuro.
Me gustaría pensar que sí.
Ascension Badiola
Fuente de la imagen: historia-arte.com
