Y hablando de castillos: Bran en Rumanía


Vlad Dracul fue inmortalizado en la literatura por Bram Stoker como el inolvidable personaje de Dracula, el vampiro. Sin embargo, Vlad Draculea, El empalador, fue  un gran luchador en contra del expansionismo otomano que amenazaba a su país y al resto de Europa, y se hizo especialmente famoso por su manera de castigar a los enemigos y traidores, así como por su extrema crueldad, lo que hizo de él un personaje mucho más siniestro que el propio vampiro de ficción, a pesar de que en Rumanía se le considera más como un héroe antiguo que como un personaje abominable de su historia. Vlad nació en el pequeño y bello pueblo de Shiggisoara en 1431en la casa amarilla que se ve en la siguiente imagen.




El castillo de Bran fue el lugar en el que vivió y sus alrededores fueron el escenario de miles de enemigos empalados. Un lugar que hoy en día está rodeado de tiendas de souvenirs.
Cuentan que un mercader se presentó ante Vlad Dracul en su castillo de Bran para protestar porque que le habían robado unas monedas de oro.
Vlad, el príncipe de Valquia le dijo que volviera al día siguiente. El comerciante volvió al día siguiente, tal y como le habían ordenado y lo que vio le hizo enmudecer.
 Frente a él encontró a los ladrones y a  todos los miembros de sus familias, todos ellos empalados en el patio del castillo.
Vlad estaba sentado en su trono y le mostró la bolsa robada. Le pidió que contara las monedas de la bolsa, para comprobar si faltaba alguna. El aterrorizado mercader las contó y al observar que faltaba una se lo hizo saber.
Vlad le contestó:
-Id con Dios comerciante, tu honradez te ha salvado. Si hubieras intentado quedártela, habría ordenado que tu destino fuera el mismo que el de tus ladrones.
Castillo de Bran, cerca de Brasov, capital de Transilvania (Rumania).
Fotos obtenidas: de archivo propio.



Lectura recomendada: como no, Drácula de Bram Stoker